El ejecutor de Rogue by Grace Goodwin
autor:Grace Goodwin [Goodwin, Grace]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Tydbyts Media
Cormac
* * *
Se suponÃa que debÃa estar buscando el peligro, no contemplando el redondo culo de mi nueva compañera que se meneaba de un lado a otro delante de mÃ. Acabábamos de vernos obligados a abandonar la nave, nos habÃamos librado de la muerte por poco, y lo único en lo que podÃa pensar era en separar sus nalgas y llenar su coño por detrás. O su culo. Tal vez lo permitirÃa si la sedujera adecuadamente.
Cuanto más pensaba en ello, más incómodo me resultaba el traje apretado contra mi duro miembro.
TenÃa que poner prioridades en mi mente. No podrÃa volver a tocarla si ambos morÃamos en este planeta rocoso de mierda. Las batallas que habÃan tenido lugar aquà entre la Flota de la Coalición y las fuerzas del Enjambre eran legendarias, y no tenÃa intención de verme atrapado en medio de la siguiente. Y habrÃa otra batalla. Y otra. Por alguna razón, el Enjambre parecÃa tener especial interés por este sector del espacio. No me engañaba pensando que tenÃa algo que ver con Rogue 5 o con nuestra gente. HabÃa algo más aquÃ. Algo que ni mi legión ni la Coalición habÃan descubierto aún.
â¿Hasta dónde tenemos que llegar? âLa queja de Abby me hizo reaccionar.
âNo falta mucho.
â¿Cuántos pasos? Porque esta distancia en la pantalla de mi casco no significa nada para mÃ. No sé qué significan estas abreviaturas. Necesito metros. O pies. O millas. Algo.
â¿Estás cansada?
Ella suspiró.
âPensé que estarÃa bien, pero creo que tengo un bajón de adrenalina.
No estaba familiarizado con el término humano, asà que acorté la distancia. Levanté a mi hembra en mis brazos y la acuné contra mi pecho. Apoyó la cabeza de inmediato sobre mi hombro.
âPuedo caminar.
âEstoy seguro de que puedes, pero no lo harás.
âHaré que te duelan los brazos.
Casi me parto de risa al pensar que su ligero peso tendrÃa algún efecto sobre mÃ.
âNo pasará. PodrÃa llevarte asà por dÃas, compañera. No caminarás.
âQué mandón. âSe relajó en mis brazos. Su completa confianza hizo que mi pecho se llenara como si estuviera a punto de estallar por la presión internaâ. Pero me gusta.
âSiempre cuidaré de ti, compañera.
Abby permaneció en silencio durante largos minutos. Apenas la oà susurrar a través del comunicador de mi casco.
âEstoy empezando a creerte.
Ahora que mi hembra estaba cerca de mà y ya no me distraÃa observando sus seductores movimientos, llegué al puesto fronterizo que la cápsula de escape habÃa identificado como nuestra mejor oportunidad de supervivencia. Cuando establecà la lÃnea de visión, ajusté los escáneres de mi casco para tener una vista cercana de la estructura.
Era vieja. Quizás tenÃa décadas allà o más. Y por su aspecto, estaba abandonada. Fuera de la edificación, habÃa equipos rotos por doquier. Los constructores habÃan situado el puesto directamente en la ladera de una montaña rocosa, por lo que solo eran visibles la fachada y la entrada principal. Las puertas y las paredes permanecÃan intactas. Era un milagro que nuestra cápsula de escape la hubiera descubierto.
Solo el Enjambre pudo haber salido a toda prisa de un sitio asÃ, porque la Coalición era más avara con sus materiales.
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